El verano fue extraño también, con temparaturas muy suaves, más propias del otoño. Así que cuando ha llegado este otoño que más parece primavera, los árboles se vuelven locos y pasa lo que pasa, que vuelven a echar la flor, aunque sea una flor efímera. Eso del cambio climático debe ser verdad.
Nosotros aprovechamos las manzanas caídas para hacer una compota. Los mismos ingredientes sirven para poner las manzanas al horno, otra delicia pero hoy no tocaba. Pelamos las manzanas, las partimos en gajos y a la cazuela con el agua y el azúcar. Cuando estén blanditas a comer, mejor si están templadas.
Si la receta no os ha convencido, quizás lo haga el refranero: "una manzana al día mantiene al médico en la lejanía, sobre todo si apuntas bien".
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