miércoles, 30 de diciembre de 2009
NUEVO HOSPITAL DE CAMPOO
Parece que por fin el ansiado Hospital de Campóo va a ser una realidad. Esperemos que cumpla con las expectativas y sirva como instrumento para dinamizar toda la comarca. Os dejo el enlace con la noticia de El Diario Montañés.
sábado, 19 de diciembre de 2009
viernes, 18 de diciembre de 2009
AÑO DE NIEVES, AÑO DE BIENES
domingo, 13 de diciembre de 2009
ROMANICO EN VALDELOMAR. CEZURA.
jueves, 10 de diciembre de 2009
ASAMBLEA DE LA ASOCIACION
Después de recordar las actividades realizadas en este año(exposición fotográfica, colaboración en La Rogativa, excursión por los pueblos de Valdelomar, excursión organizada conjuntamente con el Ayuntamiento por el Comunero de Valdelomar) y comprobar el estado de las cuentas (escasas, sólo contamos con las aportaciones de los socios) y el número de socios, pasamos a planificar las actuaciones para el 2010.
-Seguiremos recopilando fotografías para hacer otra exposición coincidiendo con La Rogativa. Conseguimos con ello también elaborar un archivo para no perder ese patrimonio.
-Un año más colaboraremos en los actos que se realizan en La Rogativa.
-Queremos recuperar la tradición que había en Valdelomar de acudir al Santuario de Nuestra Señora de la Vega en Valdelucio. Os iremos informando de la fecha y de cómo iremos.
-Parque eólico.Muchos ya sabéis que está previsto instalar un parque eólico en terrenos del Común de Valdelomar, entre nuestros pueblos y San Cristóbal. A comienzos del 2010 la Consejería de Industria designará la empresa adjudicataria del parque y la potencia máxima a instalar (18 molinos en principio). Esta empresa redactará un proyecto para someterlo a los trámites administrativos, ambientales y de información pública. Una de las condiciones exigidas por la Administración es la de la rentabilidad económica y social de las instalaciones, así como la de que el impacto ambiental sea mínimo.
Desde la Asociación vamos a solicitar una entrevista con el Alcalde de Valderredible para que nos informe con más detalle del asunto.
Con esto terminamos la reunión. Ójala que el año que viene podamos cumplir todos nuestros objetivos.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
EXITO DE LAS JORNADAS DE APICULTURA
jueves, 3 de diciembre de 2009
ROMANICO EN VALDELOMAR.SAN MARTIN.
domingo, 29 de noviembre de 2009
II JORNADAS APICULTURA VALDERREDIBLE
jueves, 26 de noviembre de 2009
ASAMBLEA ORDINARIA DE LA ASOCIACION VALDELOMAR
ORDEN DEL DÍA
Número de Socios y situación general de la Asociación.
Presentación de cuentas del ejercicio.
Resumen de actuaciones y de actividades.
Propuestas de actividades para el nuevo curso.
Elección de la nueva Junta Directiva.
Ruegos y preguntas.
Lugar: Escuela de San Martín de Valdelomar
ROMANICO EN VALDELOMAR.CASTRILLO.
domingo, 22 de noviembre de 2009
ROMANICO EN VALDELOMAR. SAN ANDRES.
jueves, 12 de noviembre de 2009
LA CATEDRAL DE LAS RUPESTRES
miércoles, 4 de noviembre de 2009
LA APICULTURA EN NUESTROS PUEBLOS
Los antiguos dujos estaban construidos con el tronco de un roble, previamente vaciado, al que se le cruzaban un par de palos para facilitar el anclaje de los panales. Se colocaban sobre una laja de piedra para aislarlo de la humedad de la tierra.
También se podían encastrar entre las paredes de la casa o pajar, llamándose entonces "hornillos". Se orientaban siempre hacia el sur, para aprovechar la luz y el calor. Los colmenares estaban situados en las inmediaciones de las viviendas, no existiendo el temor que hay hoy en día a las picaduras de las abejas, se podría decir que las abejas eran un habitante más de la casa, y se le cuidaba como al resto de los animales domésticos. Cuando nos picaba alguna (siempre por nuestra culpa, pues si a las abejas no las molestan, ellas no te pican), nos quitábamos el aguijón, embadurnábamos la picadura con barro, y a seguir.
La miel siempre ha sido un complemento que aportaba azúcar, calorías y minerales necesarios en una dieta tan pobre como era la de nuestros antepasados( mi abuelo me enseño a tomarla con tortilla e incluso con morcilla, y os aseguro que está muy rica).
Antaño no era tan fácil como hoy conseguir colmenas, así que se estaba atento a cualquier enjambre ("enxambre" se decía) que se formara por la salida de una abeja reina con su "corte" de zánganos y obreras. Se le seguía y se procuraba por todos los medios (dar golpes con dos tejas era uno) que se posara en algún sitio, para después intentar atraparlo en el "escriño", una especie de cesto con forma cónica hecho con minbre y paja de centeno. Una vez el "enxambre" dentro del escriño se le conducía hasta el colmenar, donde con todo cuidado se inclinaba junto al dujo, para que las "moscas" entraran en su nuevo hogar.
Sobre el mes de Octubre se "cataba" la miel. Para ello se levantaba la tapa del dujo (hecha con una tabla y asentada con una piedra) y se rascaba su interior con una vara de hierro de un metro de largo y terminada en una punta afilada; durante todo el proceso se fumigaba literalmente a las abejas con un pequeño ahumador para que estuvieran adormecidas. Se sacaban así los panales y se depositaban en un barreño, que se ponía sobre la chapa de la cocina añadiéndole un poco de agua para que no se pegara. Poco a poco se apretaban los panales con la mano(actividad no exenta de riesgo, pues alguna abeja te clavaba el aguijón) destilándose la miel, aunque todavía tenía bastante cera. Para eliminar el exceso de cera se pasaba todo por el "capillo", un saco de tela muy fina en el que se quedaba la cera sobrante. Cuando acababa la cata todo estaba pegajoso, pues aunque uno pusiera todo el cuidado del mundo siempre terminaba tocando algo con las manos impregnadas de miel.
lunes, 26 de octubre de 2009
JORNADAS MICOLOGICAS VALLUCAS
lunes, 12 de octubre de 2009
LOS LAVADEROS EN VALDELOMAR
viernes, 25 de septiembre de 2009
Más sobre el AVE
jueves, 24 de septiembre de 2009
Nuevo Hospital
miércoles, 9 de septiembre de 2009
martes, 8 de septiembre de 2009
El sestero de Valdelomar
En el monte de Agudedo, al Norte de la comarca de Valdelomar y a mitad de camino entre nuestros pueblos y San Cristóbal del Monte se encuentra una zona conocida desde siempre como el Sestero de Valdelomar.
Hasta hace no muchos años, en esas tierras cerca del Mardancho las gentes de los cuatro pueblos disponían de una zona comunal para que sus ganados “sestearan”, es decir pacieran y descansaran en las largas tardes del verano. Mucho ha cambiado la fisonomía de ese lugar. Si preguntamos a nuestros padres, nos dirán que en lo que ahora es una sucesión de monte bajo y “rebollas”, antaño era una amplia zona de pasto mantenida por la labor desbrozadora del ganado. El paso de los años y el abandono de la actividad ganadera en nuestros pueblos, han dado por resultado que lo que hasta hace bien poco era un terreno limpio y despejado se haya convertido en una verdadera selva surcada tan sólo por los cortafuegos que protegen los pinares plantados por el ICONA en la década de los 50 del siglo pasado.Hay quien afirma que esa actividad repobladora emprendida con un gran despliegue de medios animó, o más bien ayudó a la emigración masiva que se produjo en toda la comarca en aquella época. Hay que tener en cuenta que todos los habitantes de Valdelomar dependían en gran medida de los ingresos obtenidos por la ganadería, no sólo directamentamente por la venta de sus productos (lana, crías, animales de tiro) sino en la economía cotidiana como fuerza de labranza y con el aprovechamiento de sus derivados. Al roturar los pastos y dedicarlos a la plantación de unas especies (las coníferas) de crecimiento lento, y por lo tanto con unos rendimientos difusos y muy lejanos, nuestros padres o abuelos, por si no tenían bastante claro ya el poco futuro de su vida en esas adversas condiciones , se plantearon buscar una salida para sus familias en las zonas industriales que por aquel entonces empezaban a florecer en los arrabales de las cercanas ciudades.
Para hacernos una idea del número de cabezas de ganado del que estamos hablando, baste señalar que sólo en Castrillo estaban contratados dos pastores, uno para las vacas y otro para las ovejas y cabras. Quizás alguno de los que lean estas líneas se acuerden del señor Lucas y de Leovilgido, que fueron de los últimos que desempeñaron su trabajo en el pueblo. El Concejo de cada pueblo los contrataba por un período determinado de tiempo y les ofrecía una vivienda. Cada vecino aportaba su parte del sueldo del pastor en función del número de cabezas de ganado que tuviera, aunque también recibían parte el sueldo en especie, disfrutando de los rendimientos que daba el ganado. Los pastores recogían todo el ganado en un punto concreto del pueblo bien de mañana y salían con él hacia la zona del río, donde pasaban todo el día de pasto en pasto. Al mediodía solían concentrarse en la zona del sestero, donde descansaban unos y otros. Para tal fin, los pastores construían unos pequeños “chozos” o cabañas, hechas en piedra de manera muy rudimentaria pero efectiva, en las que podían refugiarse de las inclemencias metereológicas. Testigo mudo de aquella época es el chozo que aún puede verse a la vera de uno de los cortafuegos que circunda el pinar. Con el paso del tiempo, y al ir descendiendo el número de vecinos, y por lo tanto del ganado, la figura del pastor se volvió innecesaria, pasando ésta a ser desempeñada por los propios vecinos, rotándose entre ellos para cuidar los ganados de manera proporcional al número de cabezas que se tuviera, “tantas vacas, tantos días”, en un sistema que se conocía como la “vecería” o pasar la vez.
Parece ser que ya no habrá más pastores en Valdelomar, y los antiguos “Chozos” o se han caído, o son utilizados por los cazadores en los momentos de tedio de las batidas como improvisado refugio, pero a todos nos conviene saber que un día, (y no hace tanto) entre sus piedras se cocinaron los mejores arroces con leche del mundo (o casi).
lunes, 9 de febrero de 2009
Un cuento narrado en Valdelomar
Un cuento que El abuelo Julio contaba a su nieto Luis Haro.
Las Cabritillas y El Lobo
(Un cuento de mi Abuelo)
Hace muchos, muchos años, vivían en Castrillo unas cabras que fueron invitadas a una boda en Coroneles. Las cabritillas se pusieron muy contentas y subían la Cuesta de la Iglesia cantando y brincando, pero al llegar a la iglesia les salió al paso el lobo.
-¿A dónde vais tan contentas, cabras?
-Vamos a una boda a Coroneles, lobo.
-Pues no llegaréis, porque os voy a comer a todas.
Pero una cabra que era muy lista, le dijo:
-Mira lobo, no nos comas ahora, que estamos muy flaquitas; espera a que vengamos de la boda. Estaremos tan gorditas que te darás un banquete.
El lobo se quedó pensando un rato y le pareció una buena idea, pero les advirtió:
-Cuando regreséis, os estaré esperando aquí, y entonces os comeré.
Las pobres cabras se fueron muy tristes pensando que, a la vuelta, se tendrían que enfrentar con el lobo y no sabían cómo le podían ganar.
En esto que al llegar al río, se toparon con la raposa, que estaba bebiendo agua.
-Hola cabras, ¿por qué estáis tan tristes?
Las pobres cabritillas le contaron lo del lobo. Y la raposa, que tenía ganas de darle una lección al lobo, les dijo:
-No os preocupéis, yo os libraré del lobo; pero a cambio me tendréis que dar una tetarradilla de vuestra leche.
A las cabras les pareció una buena idea, y se fueron a la boda confiando en que la raposa, que era muy lista, se deshiciera del lobo.
La raposa corrió al encuentro del lobo, y le encontró sentado a los pies de la iglesia.
-Hola, lobo. ¿Por qué estás aquí, tan quieto?
-Estoy esperando a unas cabras. Vienen de una boda en Coroneles, y van a estar tan gorditas, que me voy a dar un festín.
-¿Si? -dijo la raposa; pues por el Otero vienen unos cazadorones, con unos escopetones que preguntan por el lobo del “culo pelao”.
-Anda si ese soy yo, dijo el lobo.
Y si no ha “parao”, todavía está corriendo.
Luis Haro.