lunes, 26 de octubre de 2009

JORNADAS MICOLOGICAS VALLUCAS

Como otros años, el Ayuntamiento de Valderredible ha organizado una salida micológica y posterior clasificación y degustación. Será el próximo Sábado 31 de Octubre desde Villanueva, teniendo pevisto salir a las 9,30. Desde la Asociación os animamos a todos a participar.

lunes, 12 de octubre de 2009

LOS LAVADEROS EN VALDELOMAR


Aprovechando la reciente recuperación del entorno de la fuente-lavadero de San Martín, vamos a hacer un poco de historia y de paso homenajear a nuestras abuelas y madres que sufrieron sobre sus piedras.

En la actualidad tenemos uno en cada pueblo (excepto en San Andrés, que se conservan dos), cada uno con sus particularidades. El de Cezura es el único que está cubierto y todos (menos el de Castrillo) fueron objeto de rehabilitación, perdiendo su original piedra arenisca por planchas de hormigón.

Hay que tener en cuenta que hasta los años ochenta no había agua corriente en las casas, así que la dependencia de las fuentes era total. Se acarreaba el agua hasta las casas varias veces al día, para beber en los botijos y para lavarse o fregar en las herradas, unos calderos de zinc que se llevaban uno en cada mano y mantenidos por un cuadro de madera llamado "aro" que evitaba que se derramara el agua.

La imposibilidad de tener agua a voluntad y lo precario del ajuar, hacían que la colada sólo se realizara una o dos veces por semana. Se solían mudar los fines de semana (el Domingo era sagrado) y se lavaba los lunes. Se metía la ropa en jabón (hecho en casa a base de manteca) y se dejaba así uno o dos días, cambiando el agua para que aclarara; se llevaba al lavadero y allí se frotaba sobre las piedras. Las mujeres se ponían de rodillas sobre unas banquillas de madera protegidas del duro suelo por unos cojines rellenos de lana.

Los lavaderos se convertían así en el punto de reunión en el que las mujeres comentaban lo sucedido durante la semana, se contaban sus amoríos, se arreglaban los pequeños problemas del día a día y (si se podía) se congraciaban si tenían alguna rencilla.

También la fuente propiciaba el encuentro de las parejas de novios que muchas veces tenían que esconder su amor. Todavía mi madre se acuerda de cuando alguno de sus hermanos la ponía de "vigía" para que le avisara cuando iba alguna muchacha a por agua y hacerse el encontradizo.

Cada vez vamos menos a la fuente, pero si un día este otoño se os ocurre ir, meted las manos en el agua de la poza, aguantad un minuto y luego acordaos de la artrosis de nuestras madres y abuelas.