martes, 6 de julio de 2010

MARCHA AL SANTUARIO DE LA VEGA

Uno de los objetivos de nuestra Asociación es recuperar aquellas tradiciones que han formado parte del día a día de nuestros mayores y que, por la tremenda despoblación sufrida a partir de los años 50-60, han ido poco a poco olvidándose hasta casi desaparecer.
Entre esas costumbres estaba la de acudir en peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de la Vega, en Pedrosa de Valdelucio. Era habitual que los jóvenes de la comarca se "ofrecieran" a ir andando (descalzos o con garbanzos en los calcetines) e incluso de rodillas (el último tramo) para agradecer alguna gracia recibida o en petición de algún favor. Dicho Santuario era (y sigue siendo ) un referente religioso en todo el entorno. Recibe Rogativas de más de 20 pueblos y cada uno tiene asignado un día en concreto. Antiguamente a Valdelomar le tocaba peregrinar el Miércoles anterior al Corpus. Hoy en día por esas cosas del calendario y el trabajo se nos hacía un poco complicado ir el día tradicionalmente asignado a Valdelomar, así que escogimos el día de Santa Isabel (primer Domingo de Julio) que en el Santuario celebran con una gran fiesta. Tampoco hicimos la promesa de ir descalzos, con ir andando unos y otros en autobús, y después comer todos juntos en la campa ya nos parecía bastante.
Así que a las 7.00 salimos de Castrillo con una mañana que invitaba a andar, buena temperatura y mejor ambiente. Unas fotos de la marcha: Castrillo-Revelillas-Pozo los Lobos-Respenda-Mundilla-Pedrosa de Valdelucio-Santuario de la Vega.









Al llegar al Santuario nos estaba esperando el párroco. Nos sentimos como esos peregrinos que llegan a Santiago (en pequeña escala, claro).

Al poco llegó la gente del autobús.


La gente de la Asociación Virgen de la Vega lo tiene todo muy bien organizado y son muy amables, tanto que nos invitaron a participar en la Misa, que este año iba a ser oficiada por el Obispo de Santander. Ahí está el "presi" leyendo las peticiones.



Después de una hora de Misa hay ganas de divertirse un poco . En la campa anexa al Santuario se colocan todo tipo de tenderetes para comprar (no hay que perderse las cerezas de las Caderechas) y varias atracciones infantiles, aunque la que más éxito tuvo fue la del pony de Ton, un vecino de Valdelucio que hizo las delicias de los niños.



Entre los chopos empezaron a surgir tortillas, filetes empanados, jamón y todo tipo de viandas. En una hora habíamos vaciado las mochilas. Es lo que tiene peregrinar, que da hambre.



Un poco de tertulia, un chupito y para casa. Alguno dijo de volver también andando, pero tampoco era cuestión de forzar la máquina, así que al autobús.



Resumiendo. Juntar a una treintena de personas en una celebración así, comiendo todos juntos y compartiendo experiencias nos ha dejado un buen sabor de boca. Seguro que el año que viene repetimos.









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